Comenzar
a tocarla es descubrir una amiga, volver a tocarla es reencontrarse con esa
amiga.
Conocerla es ir descubriendo, palmo a palmo, nota a nota sus infinitas
voces, su misterioso y susurrante lenguaje en tenues murmullos o enérgicos
graves. Es
agua y fuego, sol y luna... Cómo
no amarla, si hace cosquillas en el alma! Mírenla, tan cálida que
invita al abrazo, tan sobria, tan esbelta, -¿no luce majestuosa? |