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Abel
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Héctor García Martinez | ||||||||
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Fleury
nació en Dolores, provincia de Buenos Aires, el 5 de abril de 1903. Provenía de
un familia trabajadora: su madre Juana Peón, planchadora y Francisco el padre,
hombre "de mil oficios", se ganaba la vida como panadero. Otras de las pasiones de este músico-artista fue el ajedrez. En el año 1932 salió campeón de este juego ciencia en un torneo realizado en Tandil. Por el año 1945, en San Carlos de Bariloche, en una partida simultánea donde participó el Campeón Nacional de Ajedrez, Jacobo Bolbochán, el músico de Dolores salió vencedor. En
1933 se radicó definitivamente en Buenos Aires, dándose a conocer por todo el
país gracias a la generosidad de Fernando Ochoa que lo hizo participar en sus
audiciones radiales. En ese momento comenzó múltiples y variadas actividades realizadas
en corto tiempo. Con
su guitarra misteriosa ofreció conciertos individuales por toda la Argentina,
en los rincones más insólitos. Además de hacer los fondos musicales de los poemas
gauchescos recitados por Fernando Ochoa, creó y dirigió los famosos "Escuadrones
de Guitarras" constituidos por entre 12 y 15 intérpretes. Fleury fue uno de los primeros difusores de la música latinoamericana en el continente europeo, interpretando autores argentinos como Adolfo Victoriano Luna, Pedro Herrera, Jorge Gomez Crespo, Tremsal, Juan de Dios Filiberto, Joaquín Lopez Flores, los paraguayos Agustin Barrios, Felix Perez Cardoso, Pablo Escobar, los uruguayos Eduardo Favini, Rubén Menéndez, Isaias Savio, Martinez Oyhanguren, Hector G. Costa, los brasileños Alberto Scupinari, Villa Lobos, Dilermando Reis, Lorenzo Fernandez, el boliviano Eduardo Caba y Antonio Lauro, de Venezuela. En su repertorio también incluía autores clásicos: Bach, Mozart, Haendel, Sor, Tárrega, Schubert. Fleury fue un constante caminador con su instrumento por los senderos de su país y el mundo. Realizó conciertos en el exterior por medios propios, sin ningún tipo de ayuda oficial. Recorrió parte de Europa en los años 1952 y 1953, dejando una grata impresión en todos los lugares que visitó, dando un gran ejemplo de humildad y talento. En España el gran musicólogo y crítico de arte español Eduardo Lopez Chavarri sostuvo: "Su concierto fue una magnífica lección de estilo, sugerencias maravillosas nacían de su encordado que en sus manos vuelve a ser el instrumento misterioso que apenas desde el gran Tárrega nos es dado oír" (diario "Las Provincias" 12/2/1953). Este músico bonaerense no fue un folklorista, sino un artista de formación clásica, sin embargo con su talento supo traducir fielmente el espíritu de la pampa húmeda y darle trascendencia universal a través de sus melodías. Por ello en los años 30, cuando visitó Argentina el gran poeta español Federico García Lorca, en una reunión donde también se encontraba Fernando Ochoa, oyó interpretar al guitarrista temas de su repertorio. Cuando terminó, el lírico español lo estrecho en un abrazo y le dijo: "Chico, tu no perteneces a América, sino al mundo". La realidad no lo desmintió, se vio reflejada en hechos insólitos: "Estilo Pampeano", una de sus obras cumbres, figura hace más de treinta años como composición obligatoria en la Escuela Musical de Tomsk, Siberia, Rusia. El autor nunca estuvo en ese país. Poetas de gran nivel como los uruguayos Yamandú Rodriguez, Víctor Lima, Wenceslao Varela le brindaron sus mejores versos. Yamandú afirmó en una glosa poética: "Abel Fleury no es un guitarrista más, es la guitarra toda por donde se asoma el alma de la patria". Pedro Boloqui, poeta de Chascomús, también le dedico sentidos poemas, lo mismo que el tucumano Emilio Rubio. A ellos se suma el cantor y payador oriental López Terra y el cantor y compositor santiagueño Rodolfo Ovejero. El profesor Lorenzo Girola, de Coronel Pringles, provincia de Buenos Aires, (fallecido hace pocos años), cuando murió el músico de Dolores, le dedicó el triste "Adiós a Fleury", para guitarra solista, una página muy sentida. Ultimamente el cantor sureño Argentino Luna lo evoca en su milonga "Patron del clavijero", otro tanto hizo Horacio Guarany dedicándole un tema. El 9 de agosto de 1958, a los 55 años de edad, este gran sensitivo del encordado partió de la vida. Más de cuarenta años transcurrieron desde su deceso, en forma asombrosa el arte de Fleury sigue conquistando nuevos y lejanos horizontes. Su música sigue sonando más allá del olvido y la indiferencia, latiendo eternidades. Héctor
García Martinez
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