La noche me llevó a un reducto en Morón, “La Casa del Poeta”; sin saber quienes eran estos tipos, Graciano – Sapir, me senté y espere el inicio del recital; de ahí en más lo único que recuerdo es que viaje por un mundo de emociones inolvidables, que despertaron mi alma al igual que a los otros espectadores en un grito de ¡Bravo!.
Hoy son mis hijos de la vida… Julián Graciano y Pablo Sapir.
– ¿Cómo andan chicos?
J.G. – Luchándola
– ¿Cuánto hace que están juntos?
P.S. – Mira, arrancamos a finales del 98.
– Como espectador sé lo que es tenerlos tocando a un metro de distancia y pocas veces he visto ese vuelo musical que ustedes logran, ¿que sienten?
J.G. – Cuando tocas te olvidas de todo, sos vos y tu medio de expresión que es el instrumento. La música puede ser vista en teoría como una ciencia, pero lo más hermoso que tiene es ese poder de liberación que hace de tu alma un locutor. A mi no me van esos músicos que tocan preocupados de no errarle a la nota.
– ¿Cómo se conocieron?
P.S. – Yo soy alumno de Julián …
– Interrumpe Julián –
J.G. – y que alumno!! …creo que la única vez que faltó fue para el casamiento de la hermana. (risas)
P.S. – Bueno, empezamos casi jugando, hasta que Julián empezó a trabajar arreglos para dúo de guitarras, y le dimos con todo.
– ¿Cuál es tu formación Julián?
J.G. – En casa desde mi bisabuelo, todos fueron músicos de corazón. Mi viejo, músico también, me apoyó desde el principio. Arranqué con el oído y después empecé con un profesor particular, hasta que Carlos Esteban, con quien estudiaba en ese momento, me insistió en enviar un arreglo mío de un tema de Piazzolla a Berklee, y obtuve una beca del colegio y continué mis estudios en Boston.
– O sea que hay una influencia jazzística.
P.S. – El tango, al igual que el jazz, más que un género musical; es una pasión, una forma de comunicación, una actitud. Ambas son músicas cosmopolitas que han recibido todo tipo de influencias, siempre han sido de ciudad y las problemáticas de las ciudades siempre son las mismas acá y en la China.
– ¿Cuales son sus referentes musicales?
J.G. – Soy fan de Keith Jarret, Miles Davis, Piazzolla y Parker. También me influyeron mucho Bartok, Korsakov y Stravisky.
P.S. – Yo tengo mas o menos las mismas influencias. Escuchamos de todo y no descartamos nada de nada.
J.G. – Mira, la otra vez discutía si la bandeja gira discos es un instrumento o no, y a mí me parece que va a llegar muy lejos, tiene posibilidades rítmicas bárbaras; solo hay que verle el lado creativo y no cerrarse a lo tradicional.
– Y en el tango, ¿ustedes discriminan la “Guardia Vieja” de la “Nueva”, Piazzolla o Troilo?
P.S. – ¡Para nada! Nos encanta tocar por ejemplo La Cachila de Arolas; ese tipo era un vanguardista. Los “pseudo teóricos” de ahora lo ven como tradicionalista pero en su época fue como Piazzolla en el 60. Es más, ahora Piazzolla se torno “tradicional” ¿y por qué?, porque lo aceptó el público.
J.G. – El arte, es el arte; no sirve de nada copiar a una orquesta o a un intérprete. Creo que ese es un camino fácil pero no dura mucho. Grela fue Grela y yo soy yo. No sirve imitar. Eso no es arte. Sirve tomar sus ideas, sus aportes y uno tratar de meter lo suyo, me entendés?.
– ¿Tienen editado algún CD?
P.S. – Si, lo hicimos en forma totalmente independiente y lo vendemos en las presentaciones del dúo o en la Av. Santa Fe 1480 Loc.12, el local de Leonardo Lizzano. El compact se llama “Guitarras Contemporáneas”.
J.G. -Ahora empezamos a grabar el segundo, que es bastante “oscurito”. Va a estar listo para fin de año, esperemos.
– Me enteré que ganaron un premio en los concursos de tango que organiza el Centro Cultural del Tango…
P.S. – Si, ganamos como mejor dúo en la categoría instrumental.
– ¿Que repertorio están trabajando?
P.S. – Mas que nada seleccionamos tangos, valses o milongas que nos parecen adecuadas para el dúo. El que se encarga mas de ese laburito es Julián que tiene un archivo de tango impresionante.
J.G. – Ahora vamos a incluir algunos temas míos.
– ¿Cómo se catalogan?. Sé que eso no les gusta, pero denme una guía…
J.G. – Es tango de vanguardia, con arreglos nuevos, con instrumentos eléctricos y mucho de improvisación.
Chicos, muchas gracias, y les aviso a todos aquellos que vayan a verlos quedaran poseídos al igual que quien les habla.
Luis Maria Guerrieri.